jueves, 22 de febrero de 2018

FOLIO EN BLANCO

En un folio en blanco se encontraron la palabra y el silencio. Midieron la superficie de aquella hoja inerme y sin vida. Al mismo tiempo se miraron entre ellos.

Menudo vacío siento- dijo la palabra.
Yo siento paz- contestó el silencio.

Taciturnos, volvieron a mirarse. Retándose...y, al mismo tiempo, sonriéndose burlescamente...decidieron marcharse cada uno por su lado.

Escucharon un sonido tenúe...una llamada...
-Chis, chis!!! Chis, chis!!!
Volviendo sobre sus pasos observaron que el folio en blanco les llamaba insistentemente. Sorprendidos, se acercaron.
-¿Hablas?
-¿Por qué hablas?

Me siento solo- atinó a pronunciar el triste papel.

- No lo entiendo, le contestó el silencio mientras la palabra comenzaba a buscar letras y formar frases.
-Yo sí te entiendo. Dime qué te pasa...
- Estoy hecho para transmitir vida, sensaciones, cuentos, historias. Puedo hacer feliz o infeliz a alguien. Puedo ser lo que los demás quieran que sea o, simplemente, tachones que nadie quiere leer.

El silencio quedó callado. Esa era su función.
La palabra lo miró con pena. Ella era feliz hablando.

-Ya nadie me quiere. Ni siquiera me dibujan. Los niños se apartan...lo que yo daría por un garabato de un pequeño o una simple raya de color en mi cuerpo. Sería capaz de aguantar terminar arrugado en el fondo de una sucia papelera, con tal de tener sólo una palabra escrita en mi.

Durante todo este tiempo los tres personajes evitaban mirarse. Uno, pasaba...otra, pensaba...el tercero, lloraba.

Y es que no hay nada más triste que un folio en blanco, que una página no escrita, que un silencio recurrente. Muchas veces pensamos y no plasmamos en palabras los pensamientos. Dejamos que el vacío produzca el olvido o recupere nuestra paz. 
Yo escribo. Yo no soy silencio. Soy palabra. Nunca página blanca. No hay peor castigo para el alma que un no sonido. Me encuentro conmigo misma a través del silencio, sí, pero nunca olvido la bonita letra de una canción, aquella frase que se grabó en mi piel, aquel poema que surgió de una noche de amor.

El silencio y la palabra, juntos, se volcaron en ese trozo inerme. Ella puso las letras, él los puntos y comas.

De esa unión nació esta pequeña historia. Un folio en blanco...lleno de amor!!






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