domingo, 25 de febrero de 2018

ESPAGIRIA. " La Alquimia de la salud". ©Escuela Andalusí

https://youtu.be/Kg8-BLql0hM

Lo que no se ve
ordena y sustenta lo que se ve,
cuando la materia se ve
abandonada por el espíritu que la animaba
pierde su fuerza y regresa al caos.

La materia ordena,
la materia manifiesta
la vocación del espíritu,
la lucha del dragón terrestre
con el dragón celeste.
Y aparece por fin la sal,
aparentemente...
la expresión perfecta del espíritu.
Forma rectificada,
no perfecta o imperfecta,
frenada o impedida
por la materia,
espíritu que, al mismo tiempo,
lo nutre y le da cuerpo.
Transmutación, liberación
de frenos que cortan
su perfecta manifestación.
El plomo no se transforma en oro,
ya que el espíritu que lo anima
siempre fue, es, y será oro.
Disolver y purificar,
así funciona el Universo.
Mercurio, azufre y sal.
¿Quién soy?
La caída de Adán
o la manzana mordida?
La conciencia de Ser,
el miedo y el deseo:
manifestar lo que soy,
ser otra cosa que no soy,
ó, simplemente, creo lo que soy.
Aquello que me aleja
de mi esencia,
por miedo o por deseo,
me acerca, inexcusablemente,
a la infelicidad,
surgiendo, inevitablemente,
la enfermedad...
Mi personalidad es
la Sal imperfecta,
forma rectificada de mi espíritu,
que es necesario disolver
buscando una expresión
más pura y limpia.

El disolvente universal es la crisis, el caos, un medio sin el cual sería imposible la transmutación personal.
No hay evolución sin crisis, se necesitan mutuamente para poder existir. Como el azufre y el mercurio, la dualidad necesaria y, sin embargo, aparente.
El Alquimista, al tiempo que trabaja la piedra, debe trabajar con su propia piedra, consigo mismo.
El Aurea Catena Hemeri nos dice que:" El Espíritu Universal es un principio de vida universal y no la causa de la vida en la Tierra"

IMPORTANTE:
Este texto no es de mi propiedad. Hay partes copiadas y otras adaptadas de un artículo sobre la Alquimia y la Espagiria, cuya autoría creo que es de la Escuela Andalusí, aplicadas para la sanación propia y ajena del Universo, del nuestro interno... Espero que la filosofía que se desprende del mismo pueda ayudarnos a entender y comprender qué somos, qué es lo que nos define y a lo que aspiramos.
Por último:

Separar, purificar, unir de nuevo.
Curar disolviendo la materia.
Procurar que no se pierda el espíritu.
Como un Isis, alquimista,
recomponer el mercurio, la sal y el azufre.
Eliminar impurezas,
eliminar lo grosero,
transformar lo material en remedio
para poder ser espiritual.
Saber fijar el espíritu,
saber despertarlo a tiempo,
y que sea un remedio vivo...

Mina (25-02-2018)



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