domingo, 4 de marzo de 2018

MAREJADA

No sé en qué momento este viejo barco dejó de sentir el loco deseo de surcar los mares. En qué lugar su capitán decidió parar. La historia lo cuenta, pero ¿quién la escribe? Aquél que realmente la vivió o aquél a quien se la contaron, perdiendo su esencia? 
Sólo recuerdo la emoción de verlo en puerto. La pena por no poder visitarlo y la esperanza de un pronto regreso.
No contaba con la marejada. El mar revuelto, ni el caos de un mundo perdido. 
La Pinta es como un reflejo de un antes y un después. Sus tesoros son mis tesoros, sus cofres...mis cofres, cuya llave se ha hundido al mismo tiempo que su vieja ancla.
Marineros que han muerto, sentimientos vivos. Harapos que cubrían cuerpos desnudos. Hambre y sed, no saciada. Timón a la deriva y olas caprichosas, de un destino errante. 
Volverá un día a ser un rumbo cierto? Traerá el viento vida a su velamen? Cambiarán su vuelo las gaviotas y llegaran de nuevo los galeotes? 
O sólo será museo, fiel guardian del oro y plata, para siempre en mi memoria? Pergamino no escrito... Silencioso y amado recuerdo...


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