Bajo la lluvia.
Como debe ser.
Con las gotas resbalando
por tu rostro enmascarado.
Escondiendo lágrimas,
disfrazando sonrisas.
Nadie debe conocer
el contenido de tu maleta,
todos deben creer
que viajas por placer,
qué importan palabras
vanas, qué sonido deja
el silencio de un adiós?
Tú y tu equipaje, tú y tus
segmentos, tú y tus
recuerdos. Llueve,
lloras y calmas la huída,
mientras suena la tormenta.
Una llamada corta el silencio...
un tono que no recoges,
indiferencia, soledad,
mientras evocas un camino
que recorrido hasta aquí
llega, por fin, al final.
Qué importa lo vivido
si ya no hay ilusiones
en este lugar? Sencillamente,
te vas. Simplemente,
te alejas mientras la lluvia
va limpiando en tu mirada
los restos de un naufragio
anunciado...en su lugar
deja nuevas ancladuras,
nuevos sueños, nuevas
historias... Un amanecer
que renace entre primaveras,
un destino, canciones, notas,
exhumando pelajes viejos,
creando un mundo nuevo...
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