sábado, 31 de octubre de 2015

JUEGO DE AZAR


No estoy. Decididamente he perdido la partida. Las cartas no me han sido favorables. El juego ha terminado con los sueños. He dejado en la mesa del casino mis ilusiones, mi camino recorrido hasta la meta que me había fijado.

Y total, para qué? Sólo era un juego de azar. Y como tal, no siempre se gana.

Reviso las cartas jugadas y me doy cuenta de que estaban trucadas. O quizás ha sido que no fui capaz de reconocer los símbolos. Porque durante la partida siempre hay señales que te indican como va a rematar. Pero la ceguera , a veces, te impide ver.

Cierto que una partida es como mínimo cosa de dos. Si hay más jugadores aumenta la posibilidad del fracaso. Las cartas no son como el ajedrez. Juegas más deprisa y sin pensar las manos. No hay tiempo para pensar. Si tu contrincante es mejor jugador y más experimentado...estás perdida.

Pero jugar es un vicio...y no es fácil dejar de hacerlo. Cambiar la estrategia del juego puede ser una solución. O simplemente, retirarse. Cuando la confianza en la buena suerte se pierde, es muy difícil recuperarla.

Y en esta partida...la he perdido. No es la primera vez, por supuesto. Sólo que duele más. No sé el tiempo que tardaré en volver a confiar. El juego es como una droga...te eleva a lo más alto y, cuando te falta, te hace caer hasta el más profundo abismo, más abajo, si cabe, del suelo.

Rendirse no es opción. Apartarse sí. Cuando la suerte te da la espalda, es mejor no hacer nada y, simplemente, esperar a que los acontecimientos se desarrollen a tu alrededor.

No estoy. Pero sí espero...


Mina (31-10-2015)

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