Con una larga capa de angustia
cubría mi cuerpo, con colores apagados
vestía y decoraba mi alma,
sin joyas, sin brillo en mi mirada.
Con miedo a perder mi esencia,
muerta ya, pero con un último aliento
que me llevaba a pensar que existía.
Con un agobio que, día a día,
seguía construyendo mi cárcel
con barrotes de mentiras y de ilusiones
perdidas. Con frases que alimentaban
mi mente y dejaban caer la esperanza.
Con los años que iban pasando,
dibujando una historia sin vida.
Una cuerda tensa y dura que estaba
tejida con lágrimas, con rutina...
Cinco palabras que resonaban y
cuyo eco volvía y rebotaba con fuerza,
esperando una respuesta que no llegaba.
Sin mí no eres nada...
Una chispa saltó, incendiando con rabia
un extremo del cordón traicionero,
arrasando a su paso los miedos,
quemando angustias y derribando muros.
Cual fuego que con su máxima furia
da paso a un nuevo y renovado bosque...
Sin ti, soy yo...
Mina (12-09-2014)
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