jueves, 19 de octubre de 2017

MELANCOLÍA

Lo peor es darte cuenta de que nada importa. De que cuando llega ese momento que tanto temías y para el que no estás preparada, todo te da igual. De repente tienes la sensación de estar cruzando un río a través de un frágil puente: un paso en falso y caes a sus turbulentas aguas.
Quieres parar las lágrimas y éstas se empeñan en seguir el recorrido desde tus ojos hasta el asiento de tu coche. Porque vas conduciendo...sin apenas ver la actividad de los demás alrededor. Tu mente da mil vueltas y ninguna es capaz de tranquilizarte...
No estás sóla, te dicen...
Qué sabe nadie de tu soledad? La peor es estar acompañada y sentir que no hay nadie. 
Quiéreme cuando más te necesito y cuando menos te lo pida.
Sé ese mar en calma en el que pueda sumergirme sin miedo, sin desconfianza. Sé ese abrazo en el que perderme, pequeña e insignificante. Sé esa mano que me acompañe, esa palabra que me adule, esa sonrisa que me anime...
No quiero tener miedo. Una guerra está llena de varias batallas...la mía lleva unas cuantas ganadas, algunas perdidas. Si dejo que nada me importe será como permitirme no luchar y eso es cobardía...una palabra que pocas veces ha estado en el diccionario de mi vida...


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